Más días de Ubuntu

Al fin, logré probar el tan debatido Unity y familiarizarme un poco con el resto de las cosas. La verdad es que no me sentí muy bien con él. Para ser un entorno orientado a pantallas de poco tamaño, no hacía un uso muy óptimo que digamos. El problema es precisamente ese, que se comporta en una pantalla grande igual que en una chica. En vez de liberar más espacio, que es lo que yo me esperaba, simplemente usa elementos muy grandes. Además, desecha otras cosas como la barra de tareas, unifica el menú de la aplicación con la barra de título (o sea, el menú aparece cuando movemos el ratón en la barra de título). La barra de lanzamientos no me parece nada del otro mundo. De hecho, una vez usé una solución similar con Xfce en una pantalla a 640x480: simplemente el panel normal lo reduje al mínimo y lo puse en modo autohide.
La interfaz Gnome tampoco es que me agrade mucho, aunque tengo que reconocer que me hallo más cómodo en ella. Por ejemplo, el clásico Enviar a: de Windows y Xfce, en Gnome es todo un diálogo donde debemos dar, por lo menos, un click adicional. En el peor de los casos tendremos que seleccionar la unidad extraíble de una lista desplegable. Sí, es cierto que permite comprimir los archivos a copiar, pero sinceramente, dudo mucho que eso sea una funcionalidad de esas que pueden salvar el universo. En cuanto a tiempo de carga, es incomparable con mi anterior sesión en Xfce, pero eso era de esperar. Claro que todo esto es fácilmente solucionable instalando Xfce o KDE.
De momento no tengo muchas quejas, excepto el mplayer, que por alguna razón se cuelga de vez en cuando luego de pausar la reproducción, aunque también podría ser culpa del smplayer (me inclino por esto último). Algunos otros detalles no son responsabilidad del sistema, sino de mi propio desconocimiento, por lo que supongo que los solucionaré con tiempo.

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