Arcanum, X años después

Este es una especie de juego de culto, mayormente porque fue creado por la extinta Troika Games, que a su vez ya sabemos de dónde salió. Troika es como uno de esos genios incomprendidos que se mueren de hambre: hicieron grandes juegos, pero plagados de errores y al final, tuvieron que cerrar porque ya no recibían encargos. Arcanum no es la excepción, y tal vez sea, entre todas las creaciones de Troika, el peor.
No es que porque viniera con su correspondiente cuota de fallos, lo cual es de esperar en un RPG de ese estilo, sino por otros detalles que yo llamaría estupideces de diseño. Es increíble que un juego con tantos errores de concepción llegase a pasar la fase de testeo. Arcanum es único por su sistema de combate, no por innovativo, sino porque duran apenas dos segundos. Jamás vi un juego donde un NPC pudiese golpearte de 2 a 3 veces por segundo, restando de 5 a 6 puntos de vida con cada impacto de un total de 40. Multipliquen eso por dos o tres oponentes y saquen sus propias conclusiones. Agreguen a semejante desaguisado una barra de acceso rápido que no es de acceso rápido. Para utilizar los ítems que pones ahí primero presionas el número de slot y luego haces click en el objetivo. Imaginen una pelea de 5 personajes, dos segundos, y en ese lapso tienes que presionar una tecla y encontrar a tu personaje en medio de la refriega, porque a algún diseñador se le ocurrió que objetos de uso tan rápido como las pociones de curación necesitan un objetivo. Por lo general llegarás muy tarde, a menos que seas uno de esos tíos coreanos que no tienen vida y pueden hacer click en la cabeza de un alfiler con los ojos cerrados.
Todos estos detalles hacen que jugar Arcanum sea como contemplar una de esas pinturas abstractas: todo el mundo dice que es una obra de arte que vale millones, pero tú no le encuentras ni pies ni cabeza a esa mierda. No es un juego que les recomendaría jugar, a menos que seas un snob insoportable y fanático de los RPG que quiere presumir de haber probado todos los clásicos y candidatos a clásicos.

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